12 julio 2006

Compañero Carlos Lorca, Presente.... Ahora y Siempre!!

El 25 de junio recién pasado se conmemoró un nuevo aniversario de la desaparición de la Dirección Interior Clandestina del PS, que dirigida por el obrero portuario y ex dirigente de la CUT Exequiel Ponce, ella pretendía mantener la continuidad orgánica del partido de Allende, y articular las primeras iniciativas de resistencia y entendimiento político en contra de la dictadura. Entre los integrantes de esa dirección, destacaba el joven parlamentario Carlos Lorca, un hombre formado en las luchas por la reforma universitaria a fines de los años 60 y Secretario General de la Juventud Socialista al momento del golpe militar.El joven Carlos Lorca había ingresado a las filas del PS hacia 1965, bajo el influjo del Che Guevara, de la resistencia del pueblo vietnamita y de los grandes movimientos juveniles por los cambios y las reformas sociales que a fines de esa década se extendían por diversos países de la vieja Europa y de América Latina.Lorca vive intensamente esta etapa, desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en la que pese a su imagen - más bien retraída e intelectual, en notorio contraste con el arquetipo del líder estudiantil carismático de esa época- es electo presidente de su Centro de Alumnos en 1968, y un año después, representante de los estudiantes ante el Consejo Superior de la universidad, vocal y Secretario General de la FECH.Luego de la nominación de Allende como abanderando presidencial por la Unidad Popular, Lorca se transforma en uno de los más entusiastas promotores de la candidatura de la izquierda. Sus compañeros de la escuela de medicina lo recuerdan realizando jornadas de alfabetización y propaganda en las poblaciones del sector norte de Santiago, intentando reforzar entre los pobladores los alcances de la candidatura de Allende. A fines de agosto de 1971, como corolario de su evidente prestigio, es electo Secretario General de la Juventud Socialista, en el transcurso del XX° Congreso de esa organización. A partir de entonces, y sobre la base de un homogéneo núcleo de dirección, la JS aumenta rápidamente su influencia política y social: en el frente universitario, conquista la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, en los años 72 y 73; se desarrolla vertiginosamente en la enseñanza media, en la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago, FESES, y en la Federación de Estudiantes de Liceos Industriales, FEITECH; y mejora ostensiblemente su presencia en el ámbito poblacional, sindical y campesino. Todo ello, bajo el despliegue de un sólido esfuerzo de formación política –a cargo de la actual presidenta Michelle Bachelet, entre otros- que sólo en el año 72 supuso más de mil jóvenes socialistas egresados de sus instancias de formación.Un diputado para la RevoluciónEn la álgida situación política que se precipitaba sobre el país, con una oposición ya definitivamente embarcada en la estrategia golpista de la derecha, el país se enfrentó a las últimas elecciones parlamentarias antes del quiebre institucional. Bajo el eslogan de “Un Diputado para la Revolución”, Lorca resultó electo por una de las agrupaciones electorales de la actual Provincia de Valdivia, arrasando entre los estudiantes universitarios, los campesinos y los trabajadores del Complejo Maderero de Panguipulli. Junto a sus compañeros Manuel Rodríguez y Daniel Salinas, y a los comunistas Gladys Marín, Alejandro Rojas, Oriel Viciani y Eliana Araníbar, se conformaría la poderosa bancada juvenil de la Unidad Popular, integrada en su mayoría por hombres y mujeres formados al calor de la lucha de masas en el ámbito estudiantil y popular.Del golpe a la clandestinidadEl 11 de septiembre, mientras los aviones de la FACH comienzan a surcar el cielo de la capital, Lorca se dirigió al vetusto local de la JS en Arturo Prat. Lo acompañaban Ariel Mancilla y Mario Zamorano –el primero desaparecido y el segundo ejecutado dos meses más tarde por los militares- con quienes elimina documentos comprometedores. Más tarde, y en compañía de varios dirigentes, parte al Liceo Industrial de Artes Gráficas, en San Miguel, en donde se habían congregado cientos de estudiantes secundarios afectos a la UP. Luego de escuchar el último discurso de Allende, entrega las primeras instrucciones, intentando evitar la desarticulación de su organización. Más tarde, junto a algunos de los miembros de su Comisión Política, se dirige a una población en la actual comuna de San Joaquín, donde permanece algunos días, para luego retomar contacto con diversos dirigentes e iniciar la reconstrucción de un PS brutalmente castigado por la represión.Con Exequiel Ponce, el experimentado líder sindical de los trabajadores portuarios; Ricardo Lagos Salinas, el miembro más joven del Comité Central del PS; el Pollo Gustavo Ruz y Arnoldo Camú, jefe de la resistencia anti-golpista en los episodios de Indumet, La Legua y Yarur Sumar, se constituye la Dirección Nacional Clandestina del PS, a la que se incorporan Lorca y otros dirigentes de la JS. En esos difíciles momentos, lo sembrado por Lorca da sus mejores frutos: la JS es la estructura que resiste de mejor manera la represión, y a partir de ella se articula el socialismo chileno en la resistencia. La precaria situación por la que atravesaría el PS durante los primeros meses de la dictadura militar, queda graficada en una carta fechada hacia diciembre de 1973, que Lorca envió a un contacto partidario en el exterior. En ella señalaba: “...Nosotros estamos remontando lentamente, con cierta ineficiencia por nuestra falta de experiencia en el trabajo clandestino, una situación inicial muy difícil, ya que la represión afectó fundamentalmente al Partido. Cuatro miembros de la dirección fusilados (Arnoldo Camú, Eduardo Paredes, Arsenio Poupin y Luis Norambuena), siete u ocho arrestados, muchos de los cuales deben estar pasándola muy mal (Uldaricio Figueroa y Tito Martínez brutalmente torturados, Clodomiro Almeyda enfermo y en la Isla Dawson) y direcciones regionales completas fusiladas. Pese a ello, hemos logrado reconstruir el Comité Central y hemos dado los primeros pasos para reconstruir la organización partidaria y el movimiento de masas.”Al interior de esa Dirección, Lorca se dedicó al trabajo internacional, generando contactos con diplomáticos y funcionarios de organismos internacionales, dispuestos a colaborar política y económicamente con la resistencia. Daniel, miembro de uno de los equipos clandestinos vinculados al PS, recuerda que “Lorca se reunió con el embajador de Alemania Federal, en una residencia bajo protección germana en Viña del Mar, a principios de 1974, para hacerle ver su certeza de que Colonia Dignidad ya estaba siendo ocupada como centro de detención contra presos de la zona, y que se estaban llevando detenidos desde Santiago para ser torturados por ciudadanos alemanes en ese lugar”.Sebastián –como se conoció a Lorca en los duros años de la clandestinidad- tuvo también un importante rol en la redacción del llamado “Documento de Marzo”, escrito en 1974 por la Dirección Interior, que provocó una polémica en las propias filas del socialismo, al apostar por una gran alianza antifascista que, incluyendo desde el MIR hasta la DC, sentaría las bases para terminar con la dictadura.La DINA en acciónLorca fue capturado el 25 de junio de 1975, en una casa ubicada en Maule N° 130, de propiedad de Yolanda Abarca, una de las “ayudistas” de los dirigentes del PS en la clandestinidad. Ese día, Lorca debía concurrir al domicilio de Yolanda. Lo haría acompañado por su enlace, la asistente social Carolina Wiff, de 33 años, quien luego del golpe, al alero del Comité Pro-Paz, se había dedicado a organizar programas de ayuda a familias de presos políticos, y de asistencia a niños huérfanos víctimas de la represión.Según recuerda la mujer, cerca de las 10 de la mañana de ese día, desconocidos golpearon a su puerta, ingresando rápidamente cuando ella respondió al llamado: “al abrir entraron violentamente cuatro tipos, y dijeron que no se moverían hasta que llegara el doctor, en clara alusión a Lorca. Yo intenté calmarme, les dije que debía salir a comprar, mi idea era telefonear a algún enlace, avisarles que no viniera, que la DINA estaba esperándolo. Ellos no me dejaron salir, y decían que ya habían pillado a otro pez gordo. Después supe que ese día, efectivamente, habían detenido a Exequiel Ponce, junto a Mireya Rodríguez, su enlace.”Los agentes eran miembros de la Brigada Purén, especializada en la represión al PS, que en junio de 1975 desarrolló una fuerte ofensiva que concluyó con la total desarticulación de su Dirección Interior. De acuerdo a la testigo, en el operativo habrían actuado el Cabo de Ejercito Basclay Zapata, alias El Troglo; Osvaldo Romo, conocido por su participación en múltiples casos de violación a los Derechos Humanos, y Juan Muñoz Alarcón, ex militante socialista conocido por su siniestro rol como El Encapuchado del Estadio Nacional. Conforme a los recuerdos de la testigo, otro agente habría sido el oficial de Ejercito Ricardo Thieme Bahre, hermano del ex secretario general del Frente Nacionalista Patria y Libertad, Roberto Thieme. Todos ellos, bajo la supervisión del Capitán Germán Barriga, Don Jaime o Don Julio, jefe de la Brigada Purén en 1975. Datos posteriores señalan que en otras funciones de ese operativo también habrían participado los oficiales de Carabineros Palmira Almuna y Patricio Castro, adscritos a la DINA en esos años.Alrededor de las 15:00 horas se produjo lo inevitable: el arribo de Lorca y de su enlace a la ratonera montada por la DINA. Sin poder retirar la señal de normalidad (un banderín del Club Deportivo Audax Italiano), debido a la vigilancia permanente de los hombres de la DINA, Yolanda fue conminada a abrir la puerta a los recién llegados. Al hacerlo, los empujaron violentamente hacia el interior de la vivienda. Los agentes se fueron encima de Lorca, la joven enmudeció de terror. La testigo recuerda que el médico sólo les dijo: “mi nombre es Carlos Lorca, soy su prisionero de guerra.” Osvaldo Romo –según la testigo- le colocó un par de lentes a Lorca, porque en ese momento andaba sin anteojos, para despistar, y dijo ¡sí, no cabe duda, éste es el doctor Carlos Lorca Tobar.”La pista del enclave alemánEn junio de 1977, el ex socialista y colaborador de la DINA Juan Muñoz Alarcón se presentó en la Vicaría de la Solidaridad. En una extensa declaración, reconoció haber sido ocupado “en tareas de cazar gente, de interrogarla, de torturar y de matar”. Añadió: “Yo participé en la desaparición de algunas personas que se encuentran en Colonia Dignidad. En este momento se hallan 112 de estas personas en esa Colonia”. En su testimonio, agregaba que quería dejar constancia “... jurar si es preciso, que parte de los prisioneros están vivos, en malas condiciones físicas, muchos de ellos al borde la locura por el tratamiento muy duro por el que pasaron. Me refiero en especial a Carlos Lorca, a (Exequiel) Ponce (...) están en la Colonia Dignidad, en el pabellón segundo.” Días después, el cuerpo sin vida de Muñoz Alarcón apareció apuñalado en un sitio baldío en La Florida.La DINA no admitiría nuevas filtraciones.La posible vinculación de la Colonia Dignidad con la desaparición de Carlos Lorca será uno de los enigmas que el juez Jorge Zepeda deberá esclarecer, ya que a comienzos de abril del año pasado todas las causas de derechos humanos vinculadas a Villa Baviera, que hasta entonces instruía Sergio Muñoz, fueron traspasadas a éste magistrado. Junto a las diligencias por la desaparición del mirista Alvaro Vallejos y de los mapucistas Juan Maino, Antonio Elizondo y Elizabeth Rekas, a Zepeda le corresponderá conocer la querella presentada por el PS en contra de Paul Schaefer en el Sexto Juzgado del Crimen de Santiago, por las desapariciones de Lorca, Exequiel Ponce y Ricardo Lagos Salinas, precisamente la Comisión Política de ese partido en la clandestinidad.La gestión de PanamáEl régimen de Pinochet siempre negó la detención de Carlos Lorca. Ante el recurso de amparo que la familia interpuso en la Corte de Apelaciones de Santiago el 1° de julio de 1975, el entonces Ministro del Interior, General Raúl Benavides, respondió en dos oportunidades que el afectado no se encontraba detenido. Más tarde, en respuesta a un requerimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el régimen contestó, el 27 de enero de 1977, que “las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre la situación de esta persona señalan que no ha sido arrestada por ningún organismo de seguridad”. Pese a la sostenida presión de organizaciones sindicales, políticas y humanitarias del mundo entero, se continuaba negando la detención del ex diputado. Sin embargo, un año antes, el padre del ex parlamentario –Carlos Lorca Leyton- logró entrevistarse con el General de la FACH José Berdichewsky, quien le habría asegurado que su hijo se encontraba en poder de la DINA, comprometiéndose a “ejercer toda su influencia para obtener su libertad”.En marzo de 1976, la filtración de una carta de dos agentes de la DINA, dirigida a Augusto Pinochet, volvía a confirmar la detención de Lorca en manos del régimen. Julio Umeño y María Angélica Aguilera, incorporados a la Sección de Información y Clasificación, en Londres 38, y más tarde adscritos a la Sección de Interrogatorios en Villa Grimaldi, fueron acusados de filtrar información confidencial referida al llamado caso de los 119 (los chilenos muertos en supuestos enfrentamientos en Argentina). Manuel Contreras, en su calidad de jefe de la DINA, dispuso entonces su expulsión del servicio, y los amenazó “con represalias en el caso de referirnos, mencionar o difundir, en cualquier forma, nuestras actividades en esa dirección”. Apelando a los buenos oficios de Pinochet, los agentes reivindicaban el mérito de “haber cumplido paso a paso todas las instrucciones recibidas por el coronel Contreras en relación al caso del señor Carlos Lorca Tobar”, entre otros detenidos. Pero el episodio más significativo lo constituye la gestión realizada por el entonces Presidente de Panamá, Omar Torrijos. Advertido por chilenos residentes en ese país de la detención del ex parlamentario –entre ellos Raúl, uno de los hermanos menores del ex diputado, residente en ese país- el gobernante aprovechó una visita oficial de algunas autoridades panameñas a Chile, para que intercedieran ante Pinochet por la liberación de Carlos Lorca. Al interior de la familia y de la dirigencia socialista se dice que la respuesta de Pinochet habría sido: “ A ese no lo puedo soltar, porque se trata de un pez muy gordo. Pero algo podemos arreglar”. Entonces se dispuso la pronta liberación y expulsión del país de un importante miembro del equipo de organización del PS, detenido en Villa Grimaldi y trasladado de noche al Aeropuerto Internacional de Pudahuel, en medio de fuertes medidas de seguridad.De confirmarse judicialmente la pista de Colonia Dignidad, en donde ya se han encontrado antiguos arsenales clandestinos, restos de vehículos robados a desaparecidos y fichas con información política de diversos dirigentes políticos de la izquierda y de la Iglesia chilena, se acreditaría también la responsabilidad de Pinochet en el secuestro y desaparición de Carlos Lorca, único diputado que hoy permanece como detenido desaparecido, pese a su supuesto fin frente “a las costas de San Antonio”, consignado en el Informe de la Mesa de Diálogo y en una carta del ex jefe de la DINA, Manuel Contreras. Eso, con el agravante de que nuevamente aparecería una conexión entre los jerarcas del régimen con el misterioso enclave de Parral.

Por: Juan Azócar Valdés. El autor es periodista. Editor de temas de gobierno en Crónica Digital.Santiago de Chile, 11 de julio 2006Crónica Digital

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